jueves, 13 de agosto de 2020

Cuando llega un angel...

Esta es una historia que puede ser la de cualquiera, la de todos o la de nadie, según quien la lea o quien la cuente, pero en algún lugar es real como lo es en mi caso.
Siempre fui un tipo solitario, sociable pero solitario, nacido y criado en los campos y los montes, sin hermanos conmigo y sin amigos, que después la vida llevo a una ciudad, a otra ciudad, a otra ciudad y así durante bastante tiempo, con mis padres por un lado, mis hermanos por otro, y yo por el mio, lo que me hizo inevitablemente muy desinhibido y mayormente una fama bastante endemoniada aparte de la experiencia que te da la calle, ya sea buena o mala, todo sirve.
La cuestión es que finalmente vine a caer en este pueblo en el año 1977 donde seguí mis estudios en el Colegio Nacional, segundo año B, luego tercer año B y finalmente luego de un estrepitoso fracaso en mis materias debido a mi notoria vagancia, de nuevo en tercer año, barajar y dar de nuevo, y habiendo sido un recién llegado, con una actitud algo diferente generalmente te termina comiendo el mito que a veces inconscientemente uno deja crecer.
Año 1979 ya establecido en la ciudad desde hacia dos años, mi familia establecida también en este pueblo y viviendo en el conocido barrio de la Estación de Trenes, por haber comprado mi padre una casa allí, aunque mi idea siempre siguió siendo la de tarde o temprano seguir camino; no obstante eso seguía viviendo en soledad porque mis padres y hermano  por razones de trabajo nunca estaban.
A mis 16 años estaba ante mi primer derrota, tenia que volver a cursar el tercer año, así que resignado a tener que juntarme con "pibes" mas chicos me presente esa mañana y fui directo a Secretaria para que me dijeran que división me iba a tocar, y decidieron mandarme al tercero A, así que ya habiendo iniciado el horario fui escoltado por aquella preceptora con quien mantenía una tensa relación desde siempre hasta el salón, donde me entrego a aquella profesora de Matemáticas con quien también mantenía una tensa relación desde siempre, o sea mi vida estudiantil era una cuestión muy tensa.
Esta profesora, conociendo mis marcadas dificultades y mala relación con los números, en forma ostentosa y a viva voz como para que todos esos pibitos un año menor que yo, los cuales hasta ese momento jamas habían existido para mi, habían sido invisibles, me dijo que sabiendo como era yo,  me iba a sentar con un alumno con muchos conocimientos y que estaba en los primeros puestos del cuadro de honor de la escuela para ver si se me pegaba algo y acto seguido, en un gesto abanicado y ostentoso, indico con su mano un asiento vacío junto a alguien y al dirigir la mirada para ver a mi nuevo e "inteligente" compañero, me encontré los ojos celestes mas hermosos y puros que había visto en mi vida, que me miraban intensamente, pertenecientes a la mas hermosa rubia que jamas había visto y que me sonreía como creo que deben sonreír los ángeles de verdad; sin poder dejar de mirarla solo fui hasta ahí y me senté a su lado, mientras me llegaba un perfume que debe ser igual al que tienen las nubes porque era la primera vez que sentía algo así.
A partir de allí se empezaron a pasar una serie de eventos a los que nunca les encontré explicación y tampoco me importa ahora.
Nuestro dialogo se dio en forma natural como si yo llevase sentado allí meses, que digo meses, años; cuando finalmente el horario de clases termino simplemente juntamos nuestros libros, salimos en grupo hacia la calle, fuimos caminando juntos con varios chicos mas en dirección a mi barrio, los demás chicos iban doblando o entrando en sus casas hasta que finalmente quedamos solos, ella y yo.
Cuando finalmente faltaban solos 2 cuadras para llegar a mi casa, le dije que yo doblaba y que vivía a solo 2, contestando ella que también vivía solo una cuadra mas pero derecho, o sea que eramos vecinos.
Le pregunte cuanto hacia que vivía en el barrio y ella simplemente me contesto "...siempre...nací acá..." y despues con un "...nos vemos mañana..." dio media vuelta y se fue.
Empece a caminar para mi casa mientras me cuestionaba si de verdad yo había vivido en ese barrio, como no la vi jamas, compartíamos el mismo espacio, la misma vereda, íbamos a la misma escuela, y seguía preguntándome como no la vi antes?
A la mañana siguiente a las 7 y 30 volví a la misma esquina donde nos habíamos separados el dia anterior y coincidimos perfectamente ya que yo había decidido cambiar de ruta, ella venia mas hermosa que el día anterior, sonriente, divertida, llena de energía, fue un saludo simple y luego a caminar, pero desde ese momento algo cambio, ya no pudimos separarnos mas, eramos el ángel y el demonio, el bien y el mal, el yin y el yang, o por lo menos así nos veían todos.
Pasábamos nuestros recreos juntos, formando grupos a partir de nosotros porque nos adueñamos de un rincón del patio y esos grupos se armaban, desarmaban, mutaban pero siempre con un denominador común, nosotros dos;  volvíamos juntos de la escuela, volvíamos a vernos por la tarde para estudiar, los fines de semana nos encontrábamos el sábado a la noche en el club  y bailábamos, nuestros compañeros llegaron a decir que la cosa empezaba cuando ella y yo nos juntábamos porque por lo general se iba todo al carajo y lo hacíamos sin una gota de alcohol, lo que llevo a pensar a todos que esos momentos de desequilibrio que teníamos en ciertos momentos solo cuando estábamos juntos eran algo natural; algunos domingos nos encontrábamos solo para caminar y llegue hasta ir a misa algunos domingos a la mañana para que no se aburriera con su abuela y hacíamos de eso algo divertido, habíamos descubiertos que eramos un cínico, en el sentido estricto de la palabra y una pragmática, una mezcla ideal. Los meses iban pasando, el año 1979 corría, yo iba a llegar a mis 17 años y ella terminaría sus 15, 
Yo venia arrastrando un noviazgo desde el año anterior con una chica que nada tenia que ver con la escuela y a quien veía poco y nada, que termino a mediados de ese año por simple aburrimiento y desinterés, mientras que ella, la dueña de esos ojos celestes, nunca se había interesado en esas cuestiones.
Nuestra vida seguía su curso apoyándonos uno en otro, ayudándonos, acompañándonos y divirtiéndonos mucho.
Se vino la primavera, obviamente el bien y el mal estaban juntos en el picnic, pasaron muchos actos y eventos, el yin y el yang andaban por ahí haciendo de las suyas.
Un lunes de octubre, con mis 17 años recién estrenados, a las 12 y 20 del mediodía tal y como ocurría todos los días llegamos a la misma esquina donde nos separábamos siempre, por un rato obviamente, pero ese día había algo diferente en el aire que se venia gestando desde el sábado mismo que había sido mas intenso que de costumbre entre nosotros; una energía que inclusive se notaba en nuestros compañeros; cuando finalmente debíamos decir un hasta luego simplemente nos quedamos parados uno frente al otro, yo con mis libros en la mano derecha y mi izquierda en el bolsillo, ella con sus libros apretados contra el pecho, hasta que luego de tomar aire ella simplemente levanto sus alucinantes ojos celeste, los clavo en los míos y sin vuelta ni pausas me dijo "....hacemos oficial lo que todos comentan...", y no como una pregunta, sino como una afirmación a lo que simplemente respondí tomando su mentón con mi mano izquierda y dándole un largo, largo y profundo beso en esa hermosa boca que tenia el sabor de lo mas dulce del mundo, devolviéndomelo ella como si nos hubiésemos besado durante toda la vida.
Acto seguido ella simplemente me miro, se sonrió, y comenzó a caminar hacia su casa, dándose vuelta luego de unos metros, mirándome con una sonrisa entre picara y malévola, a la vez que caminaba hacia atrás y me decía "...nos vemos mas tarde...".
Ni me imagine que apenas unas horitas después las cosas se iban a  poner de verdad intensas y se iban a quedar así, y se vinieron tres meses que viviríamos como si fuesen nuestros tres últimos meses de vida.
Hay que aclarar que nosotros las fase uno de cualquier relación ya la habíamos pasado, por eso ese mismo día iniciamos la fase dos y que cada uno entienda lo que quiera.
Los días iban pasado y pasando, nuestros compañeros llegaron a decir que iban a tener que separarnos por un tiempo porque sino no íbamos a llegar  vivos a fin de año o posiblemente nos lográsemos sobrevivir el verano.
A nuestra acostumbrada intensidad y momentos de desequilibrio públicos, donde para el mundo ella era un ángel con su demonio privado, algo tácitamente acordado y definido, sumamos otros privados, donde los papeles y los limites se volvían algo difusos, un cóctel complicado.
Nada de esto hacia que no fuésemos responsables, seguíamos siendo hijos devotos, obedientes y nos nos creíamos realmente eso de ser los rebeldes, sino que era como un juego, un ejercicio.
Mis padres adoraban al ángel, les parecía una cosa fuera de lugar en mi vida pero totalmente beneficiosa, mientras que yo me llevaba perfectamente con los suyos y eso se debía al cuidado extremo mutuo que teníamos el uno por el otro.
El año fue cerrándose y seguíamos nuestro camino con un éxito en los estudios ya que ella siguió con su acostumbrado promedio y yo por primera vez en mi récord estudiantil termine sin llevarme ninguna materia producto del sistema de estudio del ángel plagado de premios y castigos muy motivadores, por lo que teníamos en mente un verano muy muy fuerte en todo sentido, nos lo habíamos ganado.
A veces las cosas no salen como uno las planea porque al llegar el fin de año y finalizando diciembre por razones de salud de mi papa tuve que irme bastante lejos para la época, y las comunicaciones no eran de lo mejor, acuérdense que hablamos de finales de los 70, no había muchos teléfonos al menos en nuestras familias.
Así que un día a fines de diciembre partí y mi vuelta se programo de una para el mes de marzo para el inicio de clases y a pesar de los que muchos pensarían que nuestra despedida fue trágica, en realidad no fue así, nos despedimos con la plena conciencia de la necesidad de ese viaje y de nuestros sentimientos aparte de ser ese nuestro estilo.
El lugar donde me fui era complicado porque hasta era muy difícil poder siquiera mandar una carta cada tanto pero las pocas que escribíamos eran un sostén y una forma de poder decirnos o contarnos cosas que quizás si hubiésemos estado juntos no hubiésemos podido, una carta enviada es como una bala disparada, da en el blanco y no podemos prever su consecuencia.
Finalmente pasaron esos meses y un día regrese, el encuentro al igual que la partida contra todo pronostico no fue novelesco, parecía que nunca me hubiese ido.
Todo estaba igual pero todo había cambiado, nuestra aparición juntos nuevamente causo en todos algo como ese instante de calma antes de la tormenta, muy breve pero intenso, pero el tema es que la tormenta que debió venir después nunca llego, simplemente seguimos nuestra vida en una frecuencia tan baja que pronto fuimos dos mas en la multitud, lo cual significo que nuestra intensidad paso a ser nuestra y solo nuestra.
El año 80 llego con calamidades y con decisiones, tuve que optar por seguir mis estudios en otro lugar para inicar una carrera militarizada, algo inesperado para el pequeño universo en que nos movíamos, pero el ángel si lo sabia, estaba de acuerdo, me apoyaba y me conocía perfectamente, así que en el año 1981 me fui.
Nuestra despedida fue fiel a nuestro estilo, eso era un medio para nuestro fin y por lo tanto no a meritaba dramas.
Mis vueltas eran largas, venia muy poco porque así eran las cosas en el lugar donde estaba y cuando venia era apenas por 24 horas, las cuales vivíamos intensamente; ella aprovechaba ese tiempo muerto de nuestra relación para ser como siempre una de las mejores e ir hacia adelante.
Ese año paso y ella egreso de quinto año mientras yo terminaba perfectamente mi primer año en mi academia con buenos resultados por lo que pudimos pasar 15 días del verano juntos disfrutando tranquila e intensamente de nuestra compañía ahora mas seguros que nunca porque veíamos un futuro muy prometedor, estábamos enfocados en lo mismo.
El año 1982 vino también con catástrofes, una guerra que nos causo a quienes llevábamos un uniforme mucho dolor e incertidumbre, un país que se derrumbaba.
Ese año prácticamente nos vimos muy poco, pero nos escribíamos a diario y nuestras cartas eran verdaderos libros que quizás un día debería volcar en algún sitio.
Yo estudiaba denodada mente y ella mucho mas, había elegido ser en primer termino docente así que abrazo esa meta con todas sus fuerzas y conociéndola se que dejaba la vida sobre los libros.
Llego finalmente el fin de ese nefasto año, fiesta de egreso fenomenal donde pude presentar a mi ángel a todos mis compañeros que por supuesto estaba mas hermosa y radiante que nunca por mi egreso e inicio de mi carrera y también porque ella misma había logrado algo especial que era haber aprobado en un año las materias de dos años de su carrera de docente por lo que solo le quedaban las practicas que iba a realizar durante 1983 algo que nadie había hecho hasta ese momento y eso pinta de cuerpo y alma de quien se trata este ángel mio.
El resto fue muy simple, hacíamos todo con la misma pasión de siempre, estudiábamos, trabajábamos, nos amábamos con las mismas ganas, solo queríamos estar juntos y sin que ello significara una relación asfixiante o toxica, todo lo contrario, la pasábamos tan bien juntos; nuestros días libres los dedicábamos a pasear, estar con amigos, con nuestras familias, a vivir.
Después de un tiempo, ya en el año 1985, un dia cualquiera mi ángel tan descuidadamente como lo hacia ella simplemente me dijo: "...hacemos oficial lo que todos ya saben y nos casamos...", respondiendo le yo con un beso igual al de aquella esquina hacia ya varios años.
Nos casamos un 11 de octubre de 1985 y nos fuimos a vivir juntos, fue como irme a vivir al cielo, finalmente era mi esposa.
El tiempo pasaba y eramos felices, al poco tiempo pudimos comprar nuestra propia casa, una quinta de casi media manzana con una casa antigua y enorme, donde todo era cuatro por cuatro, donde el paraíso se había terminado de corporizar en la tierra.
En el año 1987 mi ángel me dio una noticia que cambio mi vida para siempre y me llevo a otro nivel, estaba embarazada¡¡¡ la felicidad fue indescriptible.
En esos meses siguientes volvimos a aquella intensidad de nuestros primeros tres meses, era increíble, ver como esa adolescente preciosa que después fue una joven bellisima se había convertido en una mujer de una belleza indescriptible con su embarazo.
Pasaba horas mirándola, admirándola¡, vivía para atenderla, complacerla y estar atento a su mas mínimo antojo o capricho.
En enero de 1988 nació nuestro bebe, la cosa mas hermosa que cualquier ser humano puede querer y fuimos una familia; nuestro hijo fue creciendo en esa quinta, al aire libre, en libertad, con todo nuestro amor.
Fines de 1990, el país en crisis pero nosotros seguíamos adelante, podíamos con todo aunque a veces no la pasáramos tan bien cuando mi ángel hermoso me da otra noticia increíble, venia nuestro segundo hijo, con lo cual no nos interesaba nada mas que eso y eramos felices.
El tiempo paso, nació nuestro segundo hijo, un ser maravilloso y adorable, los dos hermanos empezaron el jardín, luego la escuela primaria, mi ángel seguía estudiando sus profesorados, yo continuaba ascendiendo en mi carrera con mas responsabilidades pero también nuestra economía mejoraba y nos iba a permitir seguir adelantando.
En el año 1994 se nos presento la oportunidad de comprar una casa mas en la zona céntrica y con todo tipo de servicio.
Nos fuimos felices a seguir viviendo, nuestros hijos también se sintieron felices y se adaptaron rápidamente al nuevo barrio.
Crecimos como personas, como familia, personalmente, económicamente, nos peleamos, nos amigamos, discutimos, nos pedimos disculpas mil veces pero nunca nos separamos mas allá de la distancia de una caricia o tan lejos como para no escucharnos.
Los años pasaron, vimos a nuestros hijos crecer y desarrollarse, perdimos muchas cosas y ganamos muchas otras pero siempre estábamos ahí, yo para mi ángel y ella para mi sabiendo que nuestras espaldas estaban cubiertas todo el tiempo.
Llegaron las nueras, nuestros hijos hicieron sus propias carreras, tuvieron sus casas y se fueron; nosotros decidimos que había llegado el momento de retirarnos, al fin se terminaba nuestra etapa de trabajo y que habíamos completado nuestras carreras tal y como lo quisimos.
Entonces un día nos encontramos solos, en nuestra casa, sin nada mas que hacer que atendernos mutuamente y todo volvió a empezar.
Nuestras noches eran hermosas, nuestras mañanas memorables y nuestras tardes geniales, todo era a temporal.
Un día llegaron los nietos, así de golpe, y nuestro mundo se puso de cabeza, mi ángel desempolvo esa intensidad maternal tan exquisita y yo mi capacidad de malcriar a cualquier ser humano hasta limites increíbles.
No fuimos una pareja perfecta con una vida perfecta, fuimos una pareja con una vida y para mi fue increíble ver desde la primera fila privilegiada como esa bellisima adolescente se convirtió en una hermosa joven, en una preciosa madre, en una exquisita abuela, tuve un privilegio que jamas nadie tuvo ni va a tener.
Recorrimos un largo camino, hicimos lo que quisimos cuando quisimos, logramos los objetivos, han pasado mas de 40 años y en este instante mientras estoy tirado en mi sillón, frente a una tele, con el sol entrando por el ventanal que da al jardín, y con mi ángel rubio que dormita con su cabeza sobre mi pecho con su suave respiración, su perfume a nube llegándome, con su intensidad en una breve pausa, me siento en paz...pero la historia no esta cerrada.