miércoles, 12 de junio de 2019

Mi vida en moto (Historia de un viejo que arranco tarde)

Ninguna ruta es igual, ningún camino es igual, ninguna calle es igual...de la misma manera ningún destino es igual, ni siquiera esa ruta por la que pasamos ayer, porque hoy ya es diferente.
He transitado muchas rutas, he tenido muchas partidas y muchas despedidas, he tenido muchos arribos y recibimientos, nunca nada es igual, siempre es diferente siempre emocionantes.
Igualmente hay diferentes formas y motivos, por trabajo, por placer, por amor¡ por miles de motivos si uno los busca, así que un día después de viajar por años por trabajo y diferentes obligaciones, como así también de diferentes formas, cumplido mi tiempo de viajes por obligaciones decidí empezar a viajar por motivos que me gustasen a mi y en la forma o con el medio que a mi me gustase.
Dicho esto, elegí viajar en moto, porque?, porque me gusta andar en moto así de simple, lo cual me llevo al primer dilema que a su vez no es ningún dilema para mi porque generalmente soy extremadamente decidido, pero tenia que elegir una moto y viniendo del enduro, historia que ya contare, realmente quería cambiar de estilo e irme a un estilo mas rutero, bien viajero pero también acorde a mi presupuesto.
Así nomas una mañana sin pensarlo mucho me dirigí a mi agencia de motos de confianza donde he comprado mis motos de enduro y le expuse al vendedor mi idea, necesito algo bueno, con facha y sobre todo barato, a lo que el vendedor me remitió a una mercadería recién llegada, una Brava Aquila 200 c.c. con un valor de alrededor de los 13.000 pesos, aclaro que estamos hablando del año 2015.
Me pareció una moto linda, muy simple, motor varillero, sin muchas complicaciones, me gusto la posición de manejo, bastante cómoda, buenos materiales, y como dije soy una persona decidida, me gusta, compro, y elegí un color gris discreto.









En principio la verdad no pensé en el cumulo de posibilidades que te ofrece una moto, mi intención simplemente era rodar pero fiel a mi costumbre lo primero que se me ocurrió fue equiparla un poco, un par de luces auxiliares que nunca están demás, un parabrisas como para aguantar un poco mas el frío, por lo demás y por el momento la moto estaba completa como para hacer algunas salidas.
Lo mas lógico fue lo mas cercano, ir hasta Necochea, paseito por la playa y zonas típicas todavía con la moto bastante original como para ir asentando y a su vez acostumbrándome a su andar.

















Las sensaciones recogidas en esos dias fueron determinantes para lo que vendría, la sensación de la ruta era simplemente genial, la libertad pero por sobre todas las cosas como se ajusta de bien a mi personalidad el viajar en moto, ser solamente ella y yo, mi cabeza dentro de mi casco, solo, completamente solo, lo que generaba cada vez mas la necesidad de viajar, andar, rodar y empezar a explorar las posibilidades.
A veces es bueno salir y no tener destino, eso es lo que vivo hoy cuando llevo mucho tiempo y kilómetros arriba de la moto, pero en principio la intención era salir de un punto A y llegar hasta un punto Z, obviamente explorando los puntos intermedios, así que comencé a ver la posibilidad de buscar gente con la misma inclinación que yo, y donde podia encontrar eso sino en un encuentro de motos, por lo que inmediatamente empece a investigar esa opción.
Me resulto perfecta, muchas motos, mucha gente, mucha música, algo para tomar, y por sobre todo mucha ruta para recorrer y lo mejor, sólito mi moto y yo.
La primer movida importante entonces se dio en el verano de 2016, ya que la moto había sido comprada a fines de diciembre de 2015 y se dio por casualidad mirando alguna red social, donde me entere de un moto encuentro en el balneario de Mar Chiquita, partido de Mar Chiquita, a unos kilómetros de Mar del Plata sobre la Ruta interbalnearia 11, para lo cual tenia que recorrer desde Loberia hasta Napaleofu la Ruta 227, después la Ruta 226 hasta Mar del Plata y desde allí a Mar Chiquita por la Ruta 11, un total de 240 kms de ida, o sea que la vuelta completa iba a rondar los 500 kilómetros, lo que me auguraba un lindo viaje y en pleno verano, o sea calor, playa, buen clima, lindas noches.
Con ese objetivo rescate una vieja carpa para 2 personas y una bolsa de dormir que había comprado en las Termas de Colon en Entre Ríos años atrás en un accidentado viaje, obviamente no tenia colchón, una mochila con alguna ropa, equipo de mate, muy importante, todo muy básico, el clima por esos días pintaba excelente, y así un viernes a media mañana partimos con un calor agobiante, también con mucha emoción, después de tanto tiempo iniciaba un viaje por razones que me gustaban aparte de ir a algo nuevo para mi, ya que si bien siempre mas o menos había tenido una moto, nunca me había interesado en ese mundo de los moto encuentros.





Este viaje me dejaría aparte del placer y la felicidad de haberlo hecho por como lo disfrute, el hecho de conocer a un gran amigo, buena persona y un terrible motero con quien he compartido muchos kilómetros hasta el día de hoy.
Recorrí los primeros kilómetros muy tranquilo, disfrutando, sintiendo el calor, el sol, el aire porque es bueno aclarar a esta altura que me gusta usar cascos rebatibles, es decir de esos que se levanta la parte frontal debido a que me gusta sentir todo, no importa si es verano o invierno; después de un rato llegue finalmente al cruce de la Ruta 227 y Ruta 226, previo pasar por la localidad de Napaleofu y decidí parar un rato porque el calor era terrible y tenia que tomar agua, mucha agua, así que estacione ya enfilando a Mar del Plata y me dispuse a descansar un rato, no había ningún apuro.
Mientras estaba allí, empece a sentir el ruido de un motor de moto desde Tandil acercándose hacia mi, así que pensando que podría ser alguien que también iba hacia Mar Chiquita; mire hacia ese lado y vi una moto que se acercaba muy rápido, llego hasta mi y vi que era una chopper, con un motero vestido de cuero, con aspecto de muy ruteados, la moto y el tripulante; se bajo, se quito el casco, y se acerco a mi extendiéndome la mano así nomas de una.
De esa forma conocí a mi gran amigo Juan Carlos, sesenton, voluntario veterano de Malvinas, jubilado de la pesca de altura, oriundo de San Juan radicado en Mar del Plata, con muchísimos kilómetros de moto sobre el lomo.




En un ratito me entere que volvía de su tierra natal, en un viaje largo y accidentado porque su Gilera YL 275 había quemado una válvula pero como fiel maquina venia aguantando bien y ya estaba cerca de su casa en Mar del Plata; así que luego de una charla, contarnos un poco quienes eramos, intercambiar teléfonos decidimos seguir juntos a Mar del Plata, y de paso hacerle la segunda por si el tenia algún problema.
Así iniciamos una corrida por la Ruta 226 entre el Cruce de la 227 a Mar del Plata, llena de hermosos paisajes, subidas, bajadas, algo para disfrutar realmente.
Cuando arribamos a Mar del Plata nos despedimos con la promesa de quedar en contacto y organizar alguna salida en el futuro porque el tenia muchas conexiones y conocía muchos lugares a donde ir. Desde ahí seguí mi camino en solitario hasta Mar Chiquita y yendo ya por la 11 empezaron a aparecer moteros que iban hacia el mismo lugar, aunque todos iban muy apurados, en cambio yo, disfrutaba de la ruta.
Entre muy tranquilo a Mar Chiquita, viendo y buscando el camping municipal y ahí me paso algo gracioso, me pase de largo la entrada y al intentar dar vuelta puse mi pie izquierdo en tierra sin darme cuenta que tenia las piernas dormidas, automáticamente y en cámara lenta, fui al suelo¡ y la moto me cayo arriba¡¡¡¡, por suerte un pibe que venia detrás mio y que también se había pasado de largo, corrió y me auxilio sacándome la moto de encima ayudándome a pararla, había sido una larga tirada, la primera de miles que seguirían.
El predio era muy lindo, a la orilla de una ria, arbolado, había bastante gente y muchos puestos, entre y me dirigí a buscar un buen lugar y fiel a mi costumbre, amante de la ducha y el baño, me ubique detrás de los baños, frente al escenario pero a una distancia prudente.





















Así había entrado en un mundo del que ya me seria imposible salir y que me ha dado satisfacciones increíbles.










  

No hay comentarios:

Publicar un comentario