jueves, 13 de junio de 2019

Mi vida en moto (la primera vuelta)

Desde el momento en que estuve instalado en Mar Chiquita, me di cuenta que este es un mundo diferente, donde a nadie le importa lo que hace el otro, donde mas allá de tu moto, tu edad, tu estilo, somos todos iguales y todos estamos yéndonos de otra realidad para entrar a un lugar diferente y que para cada uno es especial.
La música, el lugar, la gente que vas conociendo, el simple descanso, no tener nada que hacer mas que disfrutar, el no tener nada de que cuidarte porque todos cuidan a todos, eso es básicamente el encuentro y por otra parte darte el gusto, obviamente para quien le gusta eso y a quien no, de ver cosas interesantes y bellas.


















La noche se vuelve mágica, las luces, el movimiento, la cerveza helada, las risas, personas compartiendo y simplemente sentarte en el pasto a escuchar esas bandas, sin tiempo.
Conoces gente que es totalmente opuesta a vos y charlas con personas con las que fuera de ese ámbito jamas hubieses hablado o compartido una cerveza y compartís cosas que tal vez no has compartido con quienes conoces o convivís en  el día a día....simplemente porque todo eso se queda ahí, porque tanto la otra persona como vos para ella dentro de dos o tres días solamente sera una anécdota que "contó un loco que conocí" y ahí queda todo.
Cuando mas pasan las horas y los días que estas sumergido en ese mundo escomo que se comienza a desdibujar el afuera pero en mi caso la realidad es que no me gusta estar demasiado tiempo sin rodar, y por mas bien que la este pasando, necesito volver a la ruta, así que tranquilamente juntamos nuestras cosas y salimos suavemente, pero no sin antes hacer una recorrida, que seria la primera de muchas y mas en ese lugar, Mar Chiquita, que es como un lugar especial en el mundo para mi.







El regreso fue muy agradable, con mucho calor, una buena ruta, muy suave, por otro camino, lo que seria en adelante mi sello, siempre buscando nuevas alternativas tratando de no pasar dos veces por el mismo lugar o por lo menos tardar un buen tiempo en volver.
El sentimiento de volar libremente por la ruta se fue haciendo cada vez mas fuerte con los kilómetros y mas allá de disfrutar a pleno esa rodada, ya en mi cabeza se estaba gestando otro viaje, otras rutas, otras opciones.
Ya había probado esa opción y me había gustado y era cuestión de tiempo para que las distancias y los tiempos fueran mayores pero mas allá de tener experiencia con las motos, estar entrenado en superar situaciones extremas con ellas, mentalmente consiente de los riesgos, este ámbito es muy diferente, es necesario entrenar y hacerse de experiencia.
Así me lo propuse y así seria.....se viene otra historia.








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